Eye Candy (Carita).

Todas tenemos, en casi todas las etapas de nuestra vida, el típico amigo guapísimo que sabemos está waaaay out of our league, pero que aun así es nuestro amigo y guardamos la tierna esperanza de que tal vez, en un mundo paralelo, haya algo.

Claro, así pienso yo.

Pero siempre está el cariño, el respeto, la mutua admiración y eso es lo que hace que estos especímenes exquisitos valgan la pena no sólo como eye candy, sino como amigos. En algunos casos la suerte nos sonríe y nos regala un momento especial, o una temporada especial, o algo que los hace diferentes del resto.

Aquí, las historias de mis amigos eye candy:

Alex:

Lo conocí desde el primer día en la universidad. Se sentó frente a mí y tuve que soportar su actitud de galán durante tres días. Después el grupo se dividió en dos... y nos tocó en la misma mitad. "Ptamadre" dije para mis adentros. Pero semanas después, terminamos coincidiendo en el mismo círculo de amistades. Y lo pude conocer mejor. Conocí que debajo de su apariencia de niñito lindo y encantador, había un verdadero hombre lindo y encantador. Sencillo, muy simpático y super positivo (siempre se necesita una persona así en la vida de una persona como yo). De fuertes valores morales y familiares (pero también un verdadero womanizer), siempre me dio gusto tenerlo en mi equipo de trabajo, sabiendo que contaría con su creatividad y trabajo duro. Uno de los pocos que no se me colgaron a través de la carrera para pasarla de noche, y a la fecha hay un cariño intenso entre nosotros... aunque en el fondo, siempre estaré enamorada de él (y mi mamá más: lo llama su "consentido", jijiji).

Harley:

La historia es bastante extraña. De los tiempos cuando todavía existía ICQ. Me llegó un request de un tal "arlequín"algosomething. Acepté y cuando me puse a platicar con él, me parecía la persona más simpática y lista que me topaba en un buen tiempo. Un día, se me ocurrió conocerlo. Cuando nos topamos en el metro Chabacano, resultó ser un niño aun en secundaria (y yo ya en la Universidad, auch). Aun así decidí seguir con el asunto. No me arrepiento. En una ocasión, fue a mi escuela y me regaló unos dibujos, luego me mostró otros increíbles. Desde entonces supe que tenía un enorme talento. Me ha dado una especie de orgullo maternal verlo crecer en la persona que es actualmente. A pesar de ser algo flojillo, su talento sigue intacto, lo mismo su inigualable personalidad. El nombre de Harley se lo puse yo a partir de "Harley Quinn" (díganlo en voz alta y a ver a qué les suena). Y no lo voy a negar. A este, sí me lo quiero coger (y es super altote, just the way I like 'em)... o de menos desnudarlo para dibujarlo. Es mi lolito consentido, aunque ya no está tan lolito.

Xavier:

Conocí a Xavier en una etapa muy difícil de mi vida. No estaba segura de meterlo en la clasificación porque entre nosotros sí hubo mucho amor (en el sentido bíblico también). Sin embargo nunca fuimos "algo". Al contrario, como amigo me enseñó tantísimo, que en mi corazón es más eso que un amante. Xavier es amigo de Andrés, que fue mi amigo en la prepa. En una fiesta, una semana después de haber terminado con una relación larga e intensa, él fue mi colchón de seguridad. Me sacó de un estado tan extraño que tenía de inseguridad y autoestima tambaleante. Sin decirle nada, podía descubrir cosas en mí que ni siquiera yo sabía que estaban ahí. Es duro sentimentalmente, pero igual posee un intelecto admirable y, cuando quiere, puede ser la persona más tierna del mundo. Hasta a la más independiente de las mujeres, esa mirada frente a frente las puede hacer sentir una niñita que necesita protección.



De todos he aprendido valiosas lecciones y en otros casos he podido enseñarles algo de lo que yo tengo. Pero afortunadamente, nunca me han decepcionado ni yo a ellos. Y los quiero.