EL GOLFO DE TEHUANTEPEC

Creo que todos hemos ido a comer a alguna cantina alguna vez y quizá todos hemos comido algo extraño. Bueno hoy fuí con los chavos de la oficina a comer a una cantina llamada El Golfo de Tehuantepec y la botana eran caracoles al adobo (su aspecto no era muy lindo) pero...¿por qué no probarlos?.


Saben muy ricos, ya saben hubo quién no los probó por que les dió asco, pero yo estaba muy feliz comiendolos hasta que me encontré un caracol que me dió demasiada ternura y ya no me lo pude comer... su cabecita y sus antenitas...

Pero hubo quien no se compedeció de ellos y el hambre pudo mas que esos tiernos caracoles, así que al final los caracoles descansan en paz en nuestros estómagos y su caparazón fué lo único que de recuerdo quedó.
PD. Son altamente recomendables¡¡ para que no les platiquen, pruebenlo todo.