Experimentando Libertad

El sábado, después de trabajar en el bar, me fui de antro con un amigo, salí 3:30am camino al centro, llegué y me empezó a sorprender la cantidad de gente que estaba llenando su solicitud, unos en banda otros en pareja y otros más los menos como yo, solitos. Estacioné el auto y me cambié, valiéndome gorro me cambié ahí. Empecé a hacer fila, el ambiente era bastante tranquilo, risas, chistes, veía la gente pasar y en eso que me encuentro a una amiga, la invité a la fila, comenzamos a avanzar. No estaba segura de hacerlo, por un lado y, por otro, estaba plenamente decidida, fue extraño. La fila comenzó a avanzar, entramos a la plancha del zócalo, ya antes me había encontrado con un cuate al que conocí en la fiesta que hice y se hizo novio de una amiga, eso me hizo sentir un poquitín más segura en cuanto a no estar sola rodeada de más hombres que mujeres y ve tu a saber qué tipo de gente además, mi amiga se desapareció. Total, la espera fue completamente vestidos, bromas, risas, albures, ya sabes, un ambiente casi fraternal, goyas, chiflidos... en fin, comenzaron a dar las primeras indicaciones, ahí entró un poco de nervio, cinco minutos más tarde Spencer hace cuenta 1-2-3 fuera ropa y así tal cual, sin pensarlo dos veces me la quité, como cuando te lanzas del paracaídas, si la piensas no lo haces. Caminamos a la plancha, un cuadro por persona y ya que estábamos todos relativamente ordenados, en silencio... no inventes, se sentía una vibra como... mmmm como de paz, agradable, como de unión, no sé creo que el hecho de todos andar en el "mood" de vengo a posar para una foto no a una orgía fue lo que ayudó a que las cosas salieran bien. La posición más difícil fue la de concha, sentía que mis rodillas se quedaban incrustradas. Después de esa foto sí hubo algo de desmadre pues caminamos hacia 20 de Noviembre pero las instrucciones ya no se escuchaban y unos hacian una cosa otros otra... en fin, ya casi al final nos separaron, mujeres por un lado, hombres a vestirse. Spencer hizo una última toma, sólo mujeres, acostadas de lado, mientras caminábamos, la voz de !!NI UNA MUERTA MÁS!! se sintió hasta el tuétano, ahí sí se me enchinó la piel. Terminamos, volví por mi ropa y estaba preocupada pues mi cuate también había dejado sus cosas ahí, temí no encontrarlo jejejeje imagínate!! en fin, me vestí igual de rápido que me desvestí, nos despedimos y bye. En el auto, mientras conducía a casa intentaba asimilar lo que había hecho, no lo creía, ¿Cómo me sentí? Libre, me sentí libre. Quizá después de las diez de la mañana el Zócalo y sus alrededores volvieron a la normalidad pero yo no soy la misma después de la experiencia, me siento más libre ha decir verdad no me arrepiento, creo que fue una excelente terapia para terminar de aceptarme, liberar complejos, así lo creo. El lunes hubo una foto más en Coyoacán, ahí hicieron un homenaje a Frida Kahlo, debí estar ahí jolines. Mis amigos no lo creen. Evidentemente en casa me dijeron que estaba loca, mi padre no lo sabe jejeje pero ya qué hace ni modo que me bete jajaja
Después de todo, regresé a casa a descansar un par de horas y de ahí al Vive. Esta vez, a diferencia del año pasado, no llegué tan en vivo y además estuve completamente sobria, disfrute mucho a bandas como Los Gatos, Cafe Tacuba estuvo fabuloso, Ely (mamacita) Guerra genial, Zoé y finalmente Los Amigos Invisibles que lograron un buen cierre. Así que ese domingo el amanecer me encontró rodeada de gente y la noche me tomó igual cada cuál me dejó sensaciones diferentes pero todas bastante gratas.